Un día me levanté y tu ya no estabas en mi vida, te fuistes sin decirme adiós ... cogistes la maleta llena de silencio como si ese fuera tu único refugio en el que te sintieras seguro... y sin más preámbulos pusistes rumbo a tu destino incierto.
No sabía que pensar y tampoco que decir, solo sentí en mi pecho tu ausencia, era como una angustia que no me dejaba respirar, no podía dejar de repetirme una y otra vez,- ¿Por qué?, ¿Por qué?, por qué?...-
Mis piernas flojeaban y creía que no podría soportar todo ese dolor... tomé fuerzas de no sé donde y abrí la ventana para sentir el aire fresco en mi cara, me despejé... pero aún no entendía lo que había sucedido...
Pasa el tiempo y con él todas las preguntas que antes incesantemente no dejaban de retumbar en mi cabeza, poco a poco se han ido disipando con los años...
Ahora me siento más segura de mí misma, ya no me culpo de tu huida, sin embargo, de repente vuelves a cruzarte en mi camino.
Un encuentro fortuito en la calle, nos quedamos ahí de pie, como si fuéramos estatuas de piedra que quisieran correr de ese estado quizá incomodo, los dos sin palabras, nos mirábamos a los ojos como sin ellos estuvieran las palabras que no salían de nuestra boca...
En un tono tímido e inseguro y sin perder la mirada de mis ojos, surgieron unas palabras débiles, quizá por el momento, pero que me llegaron con fuerza... -¡Perdoname, nunca quise hacerte daño!-...
No daba crédito a lo que estaba sucediendo y seguía inmóvil en medio de un montón de gente, solo le pude decir... -Hace tiempo que te he perdonado pero queda mucho más para olvidarlo... ahora sé feliz, porque yo lo soy.-
Cada uno siguió su camino, sin mirar atrás, sabiendo que siempre nos quedaran los recuerdos de una historia de amor.
No sabía que pensar y tampoco que decir, solo sentí en mi pecho tu ausencia, era como una angustia que no me dejaba respirar, no podía dejar de repetirme una y otra vez,- ¿Por qué?, ¿Por qué?, por qué?...-
Mis piernas flojeaban y creía que no podría soportar todo ese dolor... tomé fuerzas de no sé donde y abrí la ventana para sentir el aire fresco en mi cara, me despejé... pero aún no entendía lo que había sucedido...
Pasa el tiempo y con él todas las preguntas que antes incesantemente no dejaban de retumbar en mi cabeza, poco a poco se han ido disipando con los años...
Ahora me siento más segura de mí misma, ya no me culpo de tu huida, sin embargo, de repente vuelves a cruzarte en mi camino.
Un encuentro fortuito en la calle, nos quedamos ahí de pie, como si fuéramos estatuas de piedra que quisieran correr de ese estado quizá incomodo, los dos sin palabras, nos mirábamos a los ojos como sin ellos estuvieran las palabras que no salían de nuestra boca...
En un tono tímido e inseguro y sin perder la mirada de mis ojos, surgieron unas palabras débiles, quizá por el momento, pero que me llegaron con fuerza... -¡Perdoname, nunca quise hacerte daño!-...
No daba crédito a lo que estaba sucediendo y seguía inmóvil en medio de un montón de gente, solo le pude decir... -Hace tiempo que te he perdonado pero queda mucho más para olvidarlo... ahora sé feliz, porque yo lo soy.-
Cada uno siguió su camino, sin mirar atrás, sabiendo que siempre nos quedaran los recuerdos de una historia de amor.
2 comentarios:
Me duele decirlo pero yo esquivaría la mirada y las palabras y seguiría mi camino sin haber dejado un perdón, mascando mi rencor y mi incomprensión. Para luego lamentarme de no haber hecho o dicho nada, de no haber parado un instante y haber cogido al pasado por los hombros y agitarlo hasta que me pidiese perdón.
A veces me pierden los sentimientos.
un beso
JAVI: jejeje esta bien que de vez en cuando nos pierdan los sentimientos, significa que todavia hay cosas que nos afectan y no somo inmunes!! Gracias, hugs!
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